La imposibilidad legal de que el Gobierno en funciones apruebe el Presupuesto General del Estado para 2017 obliga a una prórroga presupuestaria. Se anuncian nuevos recortes y crecen las contradicciones en el seno de la Unión Europea.

El laberinto presupuestario.

El pasado 15 de octubre finalizó el plazo para que los Estados miembros de la Unión Europea presentasen sus planes presupuestarios ante las autoridades europeas. En la medida en que el Gobierno en funciones está imposibilitado legalmente para aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2017, la prórroga presupuestaria ya es un hecho.

La prórroga traerá consigo consecuencias en todos los órdenes. Se verá afectada la distribución de competencias entre el Estado y las Comunidades Autónomas, lo que cobra especial trascendencia dado el debate territorial existente en el país. Se incrementarán las exigencias de la Unión Europea, en la medida en que, a los problemas generados por el Presupuesto de 2016, se añade el hecho de que el incumplimiento del déficit en el presente ejercicio activa el “procedimiento por déficit excesivo” de la UE, lo que puede suponer nuevas multas para el Estado. Todo ello traerá consigo una intensificación de los recortes a todos los niveles, con la consecuencia de empeorar en todos los sentidos las condiciones de vida de la clase obrera y de los sectores populares.

Más centralización, más recortes.

Como consecuencia de la prórroga presupuestaria, según cálculos del Consejo de Política Fiscal y Financiera, las Comunidades Autónomas se verán obligadas a congelar el gasto entre un 80 y un 90%. Esa congelación del gasto implicará recortes a todos los niveles, en la medida en que las Comunidades Autónomas concentran las competencias en los servicios públicos fundamentales: educación, sanidad y protección social.

Las Comunidades Autónomas, por lo demás, quedarán, de facto, intervenidas fiscalmente. Su única posibilidad de financiación pasará por recurrir al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), que depende del Gobierno central y que requiere, en todo caso, de la autorización del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas.

Las exigencias de la UE y sus contradicciones.

La Unión Europea vive momentos difíciles. Los incumplimientos por parte de España de la “disciplina fiscal” de la UE, han traído consigo la exigencia de un nuevo recorte de 5 000 millones, que se suman a las exigencias de recorte del gasto de 10 000 millones marcado por la UE hasta 2017, lo que ha obligado al Gobierno en funciones a modificar el Impuesto de Sociedades y a adelantar su recaudación.

Así, el Estado miembro que en los últimos años fue presentado como “alumno aventajado”, convierte sus problemas internos en problemas comunitarios, intensificando con ello las contradicciones que atraviesan la Unión Europea. Y, además, en un muy mal momento, teniendo en cuenta el quebradero de cabeza que supone el Brexit, los malos augurios de los organismos internacionales para la economía mundial y la intensificación de las contradicciones interimperialistas a todos los niveles.

Formulemos algunas conclusiones.

  • La crisis económica capitalista se profundiza, y se retroalimenta con los problemas que ha reflejado en el plano de la superestructura estatal.

  • El Estado español afrontará los problemas que tiene por delante recurriendo a la centralización, con las consiguientes tensiones territoriales que ello pueda conllevar.

  • El gasto público se restringirá drásticamente, y las Comunidades Autónomas se verán obligadas a afrontar nuevos recortes en educación, sanidad y protección social. Lo que, dicho sea de paso, está en la base del “golpe de Estado” promovido en el PSOE y protagonizado por sus “barones territoriales, especialmente los que gobiernan en sus Comunidades Autónomas.

  • La Unión Europea, aumentará sus exigencias a España, lo que profundizará en su deslegitimación ante importantes sectores populares. Al mismo tiempo, las dificultades en España profundizan las contradicciones existentes en el seno de esa unión interestatal imperialista que es la UE.

  • Se avecinan nuevas turbulencias. Se impondrán nuevas medidas contra la clase obrera y los sectores populares. Debemos prepararnos para impulsar la lucha a todos los niveles.

RMT.

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