Todos sabemos la complicada situación por la que pasa el desarrollo del capital para conseguir una tasa de beneficio adecuada a la ingente cantidad de capital acumulado. De tal forma es así que se invierte menos en la producción (de plusvalía, que es de donde se nutre el beneficio) y se destina más y más a la especulación.

De tal forma es así que los diferentes monopolios imperialistas pugnan, ya no tan soterradamente, por los más ricos y esperanzadores espacios mundiales de acumulación. La última reunión del G-20 en China, frente a los imperialismos declarados, ha puesto expresamente de manifiesto la entrada de un nuevo "compañero" competidor por esos espacios. Lo que avivará las fricciones por ocupar espacios geopolíticos estratégicos y profundizará los riesgos de fricciones continuas, incluso conflictos armados.

Todos sabemos de la enorme apuesta que se está haciendo por instituir la práctica de situar el salario de la clase obrera por debajo del nivel necesario para asegurar condiciones de vida que permitan vivir a diario. Se generalizó el paso de un salario a dos para subsistir, ahora se necesita la aportación de los abuelos pensionistas. También sabemos de las perversas coacciones que se utilizan para alargar la jornada y la intensidad laborales sin compensación (plusvalía absoluta) que permitan aumentar el margen de beneficio, exprimiendo más jugo de la clase trabajadora,. Una necesidad del capital en su conjunto, pues los G-20 han detectado que, pese a las enormes capacidades tecnológicas la productividad no avanza, está estancada. Con el agravante de que una más masiva introducción de la robótica no parece asegurar mayor productividad .

Todos sabemos el puesto bastante secundario que este nuestro bendito país ocupa en la cadena imperialista, muy subordinado a las directrices e imposiciones económicas de U. E. (Alemania) y militares de la OTAN. El todavía "ex-simio" ministro en funciones de Guindos ha afirmado la muy próxima posibilidad de que se "nos" imponga una multa de 7.000 millones de euros, si no se presentan soluciones reales que reduzcan el déficit.

Según los datos más recientes desde el comienzo de la crisis el déficit acumulado es de 666.760 millones de euros, mientras que la deuda estatal se sitúa en 1,10 billones de eruos, el 100,5 % de lo que producimos en un año, mientras que el objetivo estipulado por la U.E. lo sitúa en el 99,1%.

Las exigencias de la U. E. reclaman también hasta el año 2018 nuevos ajustes cercanos a los 18.000 millones €. El nuevo dogal de déficit pactado prevé que este año el desequilibrio contable no rebase el 4,6% del PIB, se reduzca al 3,1% en 2017 y sea del 2,2% en 2018.

Esta situación conduce a la oligarquía española, muy consciente y comprometida con salvaguardar su amenazada posición en las agudizadas rivalidades interimperialistas por los espacios de acumulación, a la necesidad de exprimir sin contemplaciones a la clase trabajadora: recortar y privatizar las pensiones; fuerza de trabajo por debajo de su valor; pérdida de salario real y del diferido; estrujar la capacidad de producir de cada trabajador/a. De ahí la extensión de las jornadas, la intensidad en las tareas a realizar, la precariedad extendida a prácticamente todas las áreas de la economía.

Además el "gobierno en funciones" se ha comprometido a "fortalecer" el marco de la contratación pública. También todos sabemos la aquilatada capacidad intelectual que poseen para denominar "regular o fortalecer" determinados marcos cuando se refieren a medidas que afectan a las clases trabajadoras.

Al próximo gobierno, el que sea, sólo le queda la violencia para cumplir lo demandado.

Decididamente, a las masas trabajadoras sólo nos espera sangre y sudor, sudor y sangre….. por lo que….…..NO ES HORA DE ESPERAR, ES HORA DE LUCHAR.

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