Más allá de la evidente limitación democrática que para los partidos sin representación parlamentaria nos  supone la necesidad de avalar nuestras candidaturas con la firma del  0,10% del censo provincial, este requisito evidencia y saca a la luz más de un dato que es importante valorar sin dejar de sacar conclusiones para nuestro posterior trabajo político.

 

El primero sin duda es el aumento, aun insuficiente, pero significativo de la capacidad política y organizativa del PCPE.  El pasar de 29 candidaturas las pasadas elecciones generales a 41 en esta ocasión, es expresión de un potencial político mayor sembrado a lo largo de estos 4 años y que ahora se recoge aunque sea parcialmente, en el frente electoral.  Lo que corresponde ahora es certificarlo con una campaña a la ofensiva, absolutamente volcada a las masas en la que la propuesta comunista –la voz de la clase obrera- resuene alto, fuerte y diferente  en el mayor número de barrios obreros y polígonos industriales de nuestros pueblos y ciudades.  Para eso estamos trabajando y, junto al número de votos alcanzados, será el fiel sobre el que el día 21 podamos medir el trabajo realizado en la campaña.

Pero más allá de este análisis somero del trabajo hecho y por hacer en nuestras filas, un repaso por el BOE del 4 de Noviembre que publica las listas proclamadas en las 52 circunscripciones, nos permite concluir:

  1. La incapacidad de conseguir los avales necesarios han provocado una evidente reducción del número de candidaturas proclamadas.  Lograr las firmas requiere un mínimo organizativo que muchas organizaciones presentes anteriormente son incapaces de conseguir.   Un requisito que se convierte en un espejo de la realidad organizativa de muchas organizaciones que, más allá de una web y de pretenciosas declaraciones, no son casi nada y su intrascendencia para el desarrollo normal de la lucha de clases es lo único que verdaderamente las define.  La ciber militancia queda evidenciada una vez más y, al menos para los y las comunistas, vuelve a quedar otra vez meridianamente claro que sólo con la lucha de masas se ocupa y se ensancha el espacio comunista.

  2. Éste -el espacio comunista -  queda prácticamente reducido al que representa el PCPE.    Desaparecen todas las siglas trotskistas que hasta ahora empozoñaban la hoz y el martillo sacándolas en sus papeletas con los más variopintos nombres; con el apoyo de las cloacas del estado se consolida la marca electoral de la secta UCE y el PCOE cambia el ultrarrevolucionario discurso abstencionista con el que justificaba su incapacidad para presentar listas y proclama listas al Congreso –no al Senado ¿?- en Sevilla y Córdoba dejando clara cual es su realidad organizativa.

  3. Sólo Vox  es capaz de representar a la ultraderecha de este país, pues la galaxia fascista se da de bruces con la realidad y salvo la Falange de las JONS y Democracia Nacional con 7 candidaturas cada una, el resto de la  basura fascista es incapaz de conseguir el más mínimo apoyo popular a su propuesta política.  Es importante este dato para incidir, una vez más, en la necesidad de hacer de la lucha antifascista una lucha de masas y no una batalla contra determinados elementos y siglas que, más allá de su violencia criminal que  sin lugar a duda es imprescindible combatir,  a día de hoy no representan ninguna alternativa de masas.

Mientras tanto, el PCPE sigue trabajando, tanto en el terreno electoral como en la calle y los centros de trabajo, para desarrollar la conciencia revolucionaria, sin renunciar a ninguna lucha.

Julio Díaz

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