La realización, en España, de las maniobras militares más importantes hechas en Europa desde el fin de la II Guerra Mundial, debe convertirse para todos nosotros y nosotras militantes comunistas del PCPE en un hito fundamental para la articulación del más amplio movimiento popular por la Paz y contra todo tipo de alianza militar imperialista.

 

Es un deber internacionalista que no  podemos dejar pasar por alto y que, nadie lo dude, nos da la oportunidad de poner en marcha un plan de trabajo que permitiría, a corto y medio plazo, hacer realidad, en nuestros barrios y en los centros de estudio y trabajo en los que intervengamos, estructuras de base coordinadas alrededor del objetivo central de salirnos de la OTAN y luchar decididamente contra la guerra imperialista y los gastos militares.

No se trata, de ninguna de las maneras, de resucitar las cenizas del finiquitado movimiento anti OTAN de las década de los 80 del siglo pasado. No, ese no es nuestro objetivo de hoy, pues de lo que se trata es de construir y articular el movimiento antiimperialista del 2015 en el Estado español.

Desde la reivindicación del derecho a la autodeterminación de todos los pueblos y naciones y su derecho a desarrollar todo tipo de procesos políticos, sociales y económicos (al margen de las necesidades e intereses imperialistas), hasta la defensa de los países que, en las más diversas circunstancias, construyen el Socialismo; pasando por nuestro compromiso absoluto con el derecho de Palestina y el Sahara Occidental a constituirse como Estados soberanos y nuestra solidaridad activa con las FARC-EP; más la lucha frontal y decididamente militante contra la OTAN y sus bases y la guerra imperialista y los gastos militares, necesitamos constituir un referente de masas que, aglutinando la totalidad de las experiencias militantes de base comprometidas en las más diversas luchas populares contra el imperialismo, tenga la capacidad de trascender sus propios marcos, para vincular a la totalidad de quienes, objetivamente, se ven afectados negativamente por el ejercicio constante de la violencia del sistema capitalista en su actual fase de desarrollo imperialista.

¿Pero cuándo, cómo y con quién lo hacemos?

¿Lo podemos concretar?

¿Cuándo? Ahora. No hay que dejar pasar ni un día más sin que los Comités y Células del Partido conformen un plan de trabajo acorde con este objetivo. Hemos de darnos prisa porque hay que responder a tiempo y como corresponde a las maniobras y a la ampliación en personal y capacidades de las bases de Rota y Morón. Es nuestra responsabilidad que se convoquen el mayor número posible de concentraciones y manifestaciones y tomar la iniciativa política para que de estas surja un movimiento de masas en el que, con toda la legitimidad del mundo, los y las comunistas del PCPE lucharemos por hacer hegemónica nuestra propuesta política y organizativa para este movimiento de amplia base popular, logrando que sea compartida por una mayoría de las personas que participan enél.

¿Cómo? Activando los planes de trabajo antes señalados e implicando al mayor número posible de militantes en el desarrollo de un trabajo constante, más alláde la organización puntual de algún acto. Estáclaro que debemos huir del riesgo de anular nuestras capacidades políticas y organizativas reuniéndonos exclusivamente con quienes ya están organizados, para únicamente debatir con ellos sin trascender, de ninguna de las maneras, nuestros propios marcos organizativos y desarrollar, como mucho, alguna actividad de limitado alcance por su propia concepción endogámica. Pero, ¡cuidado!, eso no lo lograremos jamás si no somos capaces de realizar un trabajo en el que nuestras propuestas, orientadas a llegar a las masas y organizarlas, las lidere la militancia comunista, siendo la primera en trabajarlas y constituyéndose como referente inequívoco de la lucha antiimperialista en un proceso paulatino que no se construye de un día para otro. Que nadie dude de que, desde la atalaya del local o la propuesta retórica que no sale a la calle y es incapaz de contrastarse en una dura lucha ideológica y política con las masas, no nos seráposible llegar a ningún sitio y hacer realidad, en un plazo razonable, nuestra propuesta de Frente Unitario Antiimperialista vinculado a la estrategia del Frente Obrero y Popular por el Socialismo. Consecuentemente, es necesario que, mediante la experiencia del trabajo de masas, sean cientos las y los militantes comunistas que, al desenvolverse con un amplio conocimiento del medio en que intervienen y con un manejo meridianamente claro de la propuesta política y organizativa del Partido, se conviertan en cuadros del movimiento popular antiimperialista.

¿Con quién? Con las masas obreras y populares. Pues, aunque sea necesario en algún momento reunirnos y planificar diversas actividades o pronunciamientos con los representantes de diferentes organizaciones interesadas también en la lucha antiimperialista, nuestro objetivo estratégico es llevar a las masas nuestra propuesta de organización y lucha e ir haciéndolas progresivamente partícipes de la misma. Debemos trascender los marcos en los que estamos acostumbrados y acostumbradas a intervenir y, sin que esto signifique desechar ninguna de las más diversas experiencias válidas en las que trabajamos, buscar el encuentro constante con las masas mediante la intervención directa de la militancia comunista y/o a través de alguna intermediación en la que, de ninguna de las maneras, quede solapada nuestra identidad comunista.¿Es posible hoy llegar a las masas sin contar con el apoyo de los grandes medios de comunicación? No es fácil, pero se impone desarrollar un trabajo volcado a ellas, buscándolas y yendo a su encuentro alládonde sean más propicias para atendernos porque de alguna u otra forma ya estén organizadas. Es en las luchas obreras y hablando con los Comités y/o secciones sindicales donde, junto al trabajo en los conflictos populares y el contacto con el más diverso tejido asociativo barrial de mujeres, juvenil, deportivo, cultural, excursionistao los movimientos estudiantil, feminista y ecologista, podremos hacer un trabajo que, sin limitarse a esos marcos ya existentes, nos abra las puertas de los barrios y centros de trabajo y estudio, donde debemos organizar a los cientos de miles o millones de personas que aspiramos a movilizar y/o organizar contra el imperialismo y sus alianzas militares.

Es una tarea ambiciosa que, en todos sus aspectos y matices, requerirá del desarrollo paralelo de la vanguardia política para llegar a buen puerto, pero que, a la vez, tendrá la capacidad de nutrirnos de nueva militancia proveniente de la lucha antiimperialista. 

Julio Díaz

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