Todo acto que realiza el PCPE es una aportación más para el avance de la clase obrera hacia la revolución socialista, hacia la toma de todo el poder por parte de las trabajadoras y los trabajadores.
Desde la razón de ser del Partido Comunista, la presencia en cualquier convocatoria electoral se sustenta en el objetivo de no estar ausentes de una batalla política en la cual el objetivo central de nuestro enemigo de clase es el de revalidar y dar legitimidad formal a su brutal sistema de dominación. Facilitar al enemigo de clase la consecución de tal objetivo, sin dar la batalla, es algo que la organización de vanguardia de la clase obrera no puede hacer nunca.
Llegando al final de la presente campaña electoral se puede hacer el balance de que el PCPE, con el inestimable apoyo de los CJC, ha realizado un importante trabajo político, desde la comprensión del real sentido de la batalla a la que concurrimos y realizando un esfuerzo militante de enorme valor. Con ello se consolidan las organizaciones del Partido, amplían su influencia de masas, y se curte la militancia en el combate práctico.
Un muy acertado trabajo de nuestros materiales de agitación y propaganda ha facilitado una amplia difusión de nuestra presencia en esta convocatoria. Sacaremos un aprendizaje positivo para las próximas campañas a las que tendremos que concurrir.
La relación con decenas de colectivos obreros también ha sido otro de los balances positivos. En la práctica se ha demostrado que el PCPE sí es, cada vez más, la voz de la clase obrera.
El desarrollo de la campaña electoral viene a ratificar el acierto de nuestros análisis, en el sentido de que lo que hoy se desarrolla en el país es una estrategia que trata de consolidar una segunda transición, que vuelva a dar estabilidad al capitalismo español, para tratar de revertir su actual crisis en la cúspide. Todas las fuerzas políticas concurrentes han desarrollado sus campañas subordinadas al objetivo estratégico de apuntalar al sistema capitalista español.
La única propuesta política que se ha expresado con un discurso centrado en la clase obrera ha sido la del PCPE.
Las coordenadas de la lucha ideológica quedarán ya marcadas para el escenario postelectoral. Se dará una composición más diversificada para las distintas corporaciones públicas, pero dentro de esa diversidad el elemento unificador será la disposición de todos los partidos, burgueses y oportunistas, a participar en cualquier pacto que le permita obtener una cuota de poder para participar en la gestión del actual sistema capitalista.
Por otro lado estará el PCPE, junto a la clase obrera, continuando con su tarea de abrir camino a la revolución socialista. Los cargos públicos que obtengan nuestras candidaturas serán un referente de otra forma de la intervención política. Todavía estamos lejos de ser determinantes en ese terreno, pero también en ello vamos abriendo un camino nuevo.
Los próximos meses serán los del desengaño para una parte del pueblo que se deja cautivar por las estrategias manipuladoras del actual bloque del poder. Los prometidos cambios, y las nuevas fuerzas emergentes, pondrán de manifiesto su absoluta inconsistencia y falsedad.
La gestión del desengaño será una tarea de primer orden en este tiempo por venir. El papel del Partido será el de facilitar la comprensión de la lectura política de esta estrategia de la segunda transición, para que el desengaño se convierta en avance de la conciencia de la clase obrera, y evitar la desbandada si ese desengaño se convierte en simple abandono de las fuerzas que potencialmente se deben incorporar al cambio social.
La crisis capitalista, y la sobreexplotación imperialista, continuarán pese a los discursos de la mentira y del engaño que hacen las clases dominantes, y sus lacayos. La realidad material de las condiciones de vida de la clase obrera no se podrá ni ocultar ni disimular. La guerra imperialista también continuará.
El Partido Comunista en este tiempo reforzará su trabajo a la ofensiva contra las fuerzas del capital, y de sus aliados oportunistas.
Transcurrirá un tiempo corto hasta la próxima convocatoria electoral, tiempo que para el PCPE estará lleno de luchas obreras y de impulso a la unidad de la clase. Unas próximas Elecciones Generales que son más propicias para la explicación y la difusión de nuestro proyecto estratégico. Y es muy probable que éstas se den en un escenario de cierto agotamiento de la capacidad de engaño de la estrategia de la segunda transición, y de avance del desengaño de las actuales falsas ilusiones; un escenario más favorable para la penetración de nuestras propuestas políticas.
En esa nueva batalla electoral el PCPE seguirá concurriendo como la única fuerza que se reclama la voz de la clase obrera, con un programa político revolucionario que tiene el objetivo de conquistar todo para la clase obrera, avanzando siempre hacia la revolución.
Carmelo Suarez