La Casa Blanca presiona a los mandatarios de los países en los que Edward Snowden solicitó asilo para que le sea denegada su petición. La administración Obama, supuesta campeona de la defensa del derecho a asilo, y de tantos otros derechos humanos que dicha administración conculca de forma habitual y con reincidencia, suprime, sin orden judicial, el pasaporte al hombre más buscado por los servicios de seguridad yanquis, acusado de traidor por desenmascarar las siniestras operaciones de la inteligencia militar estadounidense. Snowden "sabe demasiado" y "se busca" por haber revelado tenebrosos detalles de la red global de espionaje electrónico masivo y vigilancia universal del imperialismo yanqui. Los hackers del Pentágono presionan a Rusia (con quien no tienen acuerdos de extradición) como antes hicieron con Ecuador, mientras ofrecen su hospitalidad a golpistas latinoamericanos para desarrollar operaciones conspirativas contra los regímenes democrático-populares que significan un obstáculo para los planes imperialistas.

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