En declaración emitida el pasado día 10 de abril, el Partido Comunista de Ucrania informa sobre la aprobación en la Rada Suprema (Asamblea legislativa) del país de la ley 2558, que supone la equiparación jurídica y legal del comunismo y el nazi-fascismo como “ideologías totalitarias” y va encaminada a lograr la ilegalización de las organizaciones comunistas ucranianas.

 

Siguiendo la dinámica ya conocida en otros países del antiguo campo socialista (República Checa, Polonia, Letonia, etc.), Ucrania se suma a la adopción de medidas legislativas enmarcadas en la denominada “campaña anticomunista” que, desde hace varios años, viene imponiendo una visión distorsionada y falsificada de la Historia.

Este tipo de leyes, como la aprobada en Kiev hace escasos días, implican la prohibición del uso de simbología comunista y abre la puerta a procesos de ilegalización de las organizaciones que en su denominación, en su simbología o en su discurso hagan referencia al comunismo.

En Ucrania esta situación es aún más grave dado el actual momento que vive el país, con una guerra en el Este entre las denominadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk y el gobierno surgido del golpe de 2014, auspiciado por la UE y los EEUU.

El carácter anticomunista de esta nueva legislación ucraniana se demuestra no sólo a través de la equiparación de ideologías tan opuestas como el comunismo y el nazi-fascismo, que carece de toda base, sino que además promueve el reconocimiento de las organizaciones OUN y UPA, de claro carácter nazi, como “luchadoras por la independencia de Ucrania”. Los herederos políticos de estas organizaciones hoy apoyan al gobierno ucraniano.

El gobierno golpista ucraniano y las fuerzas parlamentarias que apoyan esta nueva legislación anticomunista, pretenden así terminar con la contestación interna y cierran el camino a cualquier posible acuerdo de paz en el Este del país.

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