Junto con la música, el cine, la publicidad y los juegos tradicionales infantiles (y no tan infantiles), encontramos una nueva herramienta de vejación hacia la mujer, que son los videojuegos. Un nuevo instrumento que utiliza el capitalismo, de la mano del patriarcado, para continuar implantado el ideal sexista y asegurar que la mujer siga siendo relegada a un segundo plano o maltratada tanto física como psicológicamente.

 

Diferenciamos dentro de estos, por un lado, los videojuegos que, de manera “sutil”, menosprecian a la mujer presentándola como la débil que tiene que ser salvada por el héroe masculino y viril. Por ejemplo la princesita Peach que es la damisela en apuros en la mayoría de los juegos de Mario Bros, o Zelda que casi ni aparece en el videojuego y es el heroico Link el que debe vencer a los monstruos y salvar a la pobre y desvalida princesa. También podemos encontrar videojuegos en los que la protagonista y la que salva el mundo es la mujer, pero hipersexualizada como mero objeto, semidesnuda y con modelos corporales tendentes a la exageración. Tales son el caso de la archiconocida “Lara Croft”, la sexy y exuberante versión femenina de Indiana Jones, o “Lollipop Chainsaw” que presenta a su protagonista vestida de colegiala sin apenas ropa y acompañada por una fálica motosierra, así como un largo etcétera de personajes representativos de tal sexismo.

Por otro lado, ya el colmo de los colmos, encontramos videojuegos en los que aparece de manera directa la violencia contra la mujer. ¿Quieres conseguir puntos? Es sencillo, solo tienes que violar, sodomizar, castigar, azotar a todas las mujeres, niñas y todo personaje femenino que te encuentres por delante. Por ejemplo, en el videojuego Custer´s Revenge, tienes que superar varios obstáculos para conseguir violar a una mujer india desnuda de grandes pechos atada a un poste. O especialmente el titulado Replay”, en el que eres un violador recién fugado de la cárcel que para vengarse tienes que violar a la mayor cantidad de mujeres posibles. Si eres más del rollo de dejar un ojo morado o una nalga femenina con la marca de tu mano, “Sim Girl” o “Palmea el botín” son tus juegos. El jugador golpea y recibe indicaciones de la chica de cómo ser golpeada y en qué momento es más vulnerable.

Otro de los videojuegos “educativos” y que muestran gran cantidad de valores a nuestros jóvenes y adultos es el famoso “Grand Theft Auto” en el que no solo podrás robar un vehículo y pasear por cualquiera de las calles de la ciudad, sino que también puedes asesinar y violar a las mujeres en ejercicio de la prostitución. Incluye la maravillosa opción de mostrarte cómo tratar a tu novia y prostituirla. Da instrucciones de cómo llevar tu relación con tu chica para que no te dé, literalmente, la plasta por teléfono. Pero no te preocupes, con dedicarle un poquito de tiempo te dará la oportunidad de pasar a su casa a “tomar café” y según avances en la relación tu novia te prestará el coche o te hará regalos, como el traje de chulo que aparecerá en tu ropero.

Puesto que las palabras en este artículo son limitadas no podemos nombrar los numerosos videojuegos que existen de estas características y que basan su diversión en violencia y agresiones de todo tipo hacia la mujer. Pero puedes encontrarlos tanto en tu tienda de videojuegos más cercana para consolas o descargártelos de manera fácil y gratuita por internet. Se fomenta su difusión que “hay que vender”, da igual que se extienda y normalice el odio misógino y el desprecio. Da igual que los estereotipos de género crezcan y se instalen en el subconsciente colectivo, o tal vez de eso se trata.

¿Qué se consigue con estos videojuegos? Por un lado ver las agresiones hacia la mujer como algo divertido y en lo que emplear tu tiempo y por otro, afectar a la visión que de sí mismas tienen las mujeres, asegurando una baja autoestima y determinando su posición en el mundo en un segundo plano y con sumisa aceptación. También deja claro el tipo de relaciones que imperan en la sociedad patriarcal y lo que esperan los chicos, imponiendo los roles sexistas tanto en hombres como en mujeres.

Que la industria de los videojuegos es un poderoso instrumento de alienación, de difusión de estereotipos y de cosificación de las mujeres ha sido puesto claramente de manifiesto; tanto por contenidos, por el anonimato en el que tienen que trabajar las programadoras o por el acoso al que han sido sometidas algunas mujeres que osaron criticar la situación.

Alba Molina & Patricia Tajuelo

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