Leyendo El País del 29 de noviembre pudimos conocer la noticia de que Podemos estaba sometiendo a debate su programa económico.

Una piedra angular del documento titulado “Un proyecto económico para la gente” (toda clase de gente, ya que el documento será discutido y sometido a la opinión tanto de empresarios como de sindicatos) es lo que los autores denominan el establecimiento de un régimen de buenas prácticas y de ética bancaria.

Ese código ético junto con la imposición de tasas a las transacciones financieras, como si se pudiera poner diques al mar, es un elemento en común entre el programa de Podemos y el del resto de formaciones políticas oportunistas. Huyendo de cualquier enfoque materialista-histórico de la ética o de la banca, todas ellas parece creer de verdad que un código ético puede moderar el expolio sin alterar las bases materiales que lo condicionan todo (incluso la ética dominante) en el capitalismo monopolista.

En ninguna parte aparece definida esa línea roja, traspasada la cual, las prácticas bancarias éticas se transforman en inmorales (del mismo modo que a la Iglesia no le conviene ponerse de acuerdo en cuán grande tiene que ser el despojo para poder hablar de Pecado de Usura, limitándose a decir que la usura es préstamo a interés "alto" o "más alto de lo normal… ¿?”. Y así, sin daño para la acumulación de capital y su reproducción ampliada, hemos de entender la usura, no como práctica directamente relacionada con la plusvalía o trabajo no pagado, sino como el préstamo a interés “excesivo". "Y cuando tu hermano empobreciere y se acogiere a ti, tú lo ampararás; como forastero y extranjero vivirá contigo. No tomarás de él usura ni ganancia, sino tendrás temor de tu Dios, y tu hermano vivirá contigo. No le darás tu dinero, a usura, ni tus víveres a ganancia" (Levítico 25:35-37)

El análisis idealista de la relación existente entre la ética y las leyes objetivas de la economía sirve para mantener viva la ilusión de que es posible un capitalismo bueno y ético sin excesos.

Deliberadamente el proyecto para la gente no analiza el carácter de clase de la ética, la relación del interés con la plusvalía, ni el papel objetivo del préstamo a interés en la formación del capital financiero y de su dominio, como rasgo fundamental del imperialismo.

Para entender de verdad qué y quién determina las prácticas bancarias realmente existentes, y la ética burguesa que les sirve de justificación, resulta imprescindible acercarse a una definición materialista del interés financiero como la que formularon los autores soviéticos Borísov, Zhamin y Makárova : "éste es la parte de la ganancia que el capitalista en funciones, industrial o comerciante, abona al capitalista que concede un préstamo (banquero) por el derecho a utilizar temporalmente el capital prestado. (...) El tipo de interés depende de la correlación que existe entre la oferta y la demanda de capital de préstamo en el mercado monetario”. NO de la ética. "La fuente tanto de la ganancia como del interés radica en la plusvalía: en el trabajo no pagado de los obreros".

El capital financiero se forma por la unión del capital de los monopolios bancarios e industriales en los países imperialistas. (...) Utilizando los recursos monetarios, los bancos (...) obtienen la posibilidad de influir en la marcha de las empresas e incluso, a veces, de determinar el destino de las mismas. (...) Al mismo tiempo, se da un proceso de absorción de los pequeños bancos por parte de los grandes, se forman las uniones monopolistas denominadas consorcios bancarios. Cuando ya logran dominar la economía, los magnates del capital financiero determinan también la política de los estados capitalistas.

Marina Quintillán

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