Desde hace unos años, y por ley, se está llevando a cabo una campaña intensa para el cambio de los contadores de la luz. Esta campaña consiste en sustituir los contadores analógicos y digitales de hasta 15kw, por los nuevos contadores de telegestión. Estos contadores suponen una nueva violación de los derechos de la clase obrera. Es un ataque directo de la burguesía, de nuevo, amparada en las leyes de este sistema capitalista.

Estos equipos, también llamados “contadores inteligentes”, emiten cada 20 segundos la información de nuestro consumo mediante microondas, a través de un sistema llamado Wimax. Este sistema es similar al conocido Wi-fi pero 40 veces más potente.

 

Gracias a este sistema de emisión constante de datos, estas empresas son conocedoras de nuestros hábitos de consumo, pudiendo saber cuándo estamos o no en casa, qué electrodomésticos estamos usando, si estamos durmiendo, etc. Con el ataque a nuestra intimidad que esto conlleva. Además, si el TTIP sale aprobado por el Parlamento Europeo, nada impedirá a estas empresas vender esta información a otras compañías.

Pero esto no es todo. Con estos equipos, la compañía eléctrica puede saber el consumo acumulado, el consumo actual y podrá realizar cambios de potencia y cortes de luz a distancia, con la pérdida de empleo que esto originará una vez que los equipos estén instalados. En Valencia, el 75% de los trabajadores de este sector se verá afectado por esta medida, desde técnicos de instalación de equipos, operarios de lectura de contadores, hasta administrativos. Lamentablemente, esto ya es un hecho. Desde hace cuatro años, la oligarquía eléctrica subasta los trabajos de sustitución de los contadores al mejor postor. Esto supuso y supone una merma en los derechos de los trabajadores y abundantes despidos. Además, facilitará el corte de suministro a las familias endeudadas y por lo tanto también los desahucios.

El alquiler de estos equipos es de 81 céntimos al mes, lo que supone un aumento del 40% en el alquiler ya que antes estaba en torno a 54 céntimos.

La electricidad es un bien de primera necesidad, y no debería estar controlada por la burguesía, que la explota y utiliza para oprimirnos más y para enriquecerse a costa de la clase obrera. Estos contadores harán ahorrarse cientos de miles de euros a los grandes capitalistas, pero no habrá beneficios para los usuarios, para la clase trabajadora, que además, se está viendo afectada de nuevo, por los ataques continuados de la burguesía, perdiendo derechos y puestos de trabajo. La tecnología debe servir para beneficiar y facilitar la vida de la humanidad y no como una herramienta de una minoría para aumentar sus beneficios, explotar y oprimir a la mayoría, a nuestra clase, a la clase obrera.

Cristian Moreno

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