El gobierno andaluz de PSOE e IU despertó esperanzas en amplios sectores del pueblo, temerosos de un gobierno del PP. Hoy día, lo que los y las comunistas ya avisamos, se constata en la práctica: este gobierno no ha roto con las políticas del gobierno central y sigue la senda que le marca el gran capital.

 

El ejecutivo de Díaz-Valderas ha sido incapaz de llevar a cabo su tan cacareado giro social en la política andaluza. La mayor parte de su programa sigue sin ponerse en marcha, y las leyes que han aprobado o están a punto de hacerlo, como la de Servicios Sociales, son poco más que declaraciones de buenas intenciones que no garantizan los derechos del pueblo. Los recortes en el sector público, especialmente sanidad y educación (más de 4500 profesores/as interinos/as sin contrato), son aún más duros que los impuestos por el gobierno central. Tampoco se ha avanzado lo más mínimo en la solución a los problemas del campo andaluz o en la reindustrialización de Andalucía. Además, IU hace la vista gorda a los casos de corrupción de la Junta.

Es de prever que, al acercarse las elecciones, el gobierno andaluz implemente alguna que otra medida populista o escenifique su rechazo al gobierno central, reforzando su imagen de “mal menor” ante la clase obrera. Sin embargo, la clase obrera en Andalucía no debe volver a caer en el engaño; hay posibilidades reales de detener los tremendos ataques del gran capital contra las clases populares, pero no pasan por un nuevo “gobierno de progreso” que con dos o tres patas siga vertiendo lágrimas de cocodrilo cada vez que golpea a la clase obrera “por imperativo legal”. La alternativa deben edificarla los trabajadores y trabajadoras, mediante su unidad, organización y lucha, construyendo un verdadero poder obrero y popular; y para que esto ocurra, es imprescindible que refuercen a su partido: el PCPA-PCPE.

Movimiento obrero: Gamesa

Hace unos meses 13 trabajadores y una trabajadora fueron despedidos/a de la empresa Gamesa (empresa eólica) situada en la localidad de Málaga: Campillos. Fue el momento en el que comenzó una lucha para recuperar sus puestos de trabajo junto con el sindicato CCOO, los CUO (Comité de Unidad Obrera) y por supuesto con el apoyo del PCPE y los CJC.

A partir de ese momento dichos/as trabajadores/as empezaron a acampar en la puerta de la empresa, y siguieron durante 61 días, mostrando su negativa a aceptar un despido que no consideraban justificado: argumentaban que la empresa desde hace dos años estaba actuando de manera represiva contra algunos delegados elegidos por los trabajadores. De esta manera, esa presión se acentuaba cuando comenzaba alguna movilización o huelga provocando mayor frustración entre los/as trabajadores/as, sobre todo del sector de mantenimiento de los aerogeneradores, acabando en el despido de 14 de ellos.

Tras varias semanas de acampada en la puerta de la empresa, los/as trabajadores/as informaron que el 10 de junio Ignacio Martín, máximo representante de la empresa Gamesa en España, asistiría a un acto con otros empresarios del sector en Madrid. Fue el momento clave para poder realizar protestas en la puerta dónde se iban a celebrar las distintas reuniones, junto con el apoyo de trabajadores/as de Coca-Cola, quiénes, de la misma manera, estaban luchando en ese momento por su puestos de trabajo.

Hay que añadir la colaboración de los CUO a esta lucha, ya que aportaron un gran soporte a estos/as trabajadores/as durante los duros meses de lucha: asistieron al campamento, hicieron una recogida de alimentos y realizaron junto a ellos/as y las limpiadoras de la Universidad de Málaga una charla en la sede cultural Leopoldo del Prado, dónde expusieron sus diferentes acciones con una gran asistencia y participación. Este tipo de debates son fundamentales para transmitir a distintas organizaciones y otros/as participantes los pilares fundamentales de esa lucha obrera en concreto.

Finalmente, tras numerosos esfuerzos en la acampada y movilizaciones, llegó el día del juicio, el 15 de julio de 2014 en Madrid, trasladándose los/as 14 trabajadores/as junto con algunos/as del PCPE y CJC de Málaga y Madrid, así como CCOO. Durante el juicio dicho partido y sindicato estuvimos apoyando a los trabajadores mostrando todo nuestro apoyo y nuestra lucha, reforzando la importancia de la organización y la constancia en defender sus puestos de trabajo. Realizado el juicio tomaron un mes de respiro a la espera de la resolución del mismo, cuya sentencia fue positiva: declarado nulo el ERE, consecuentemente con la recuperación de los 13 puestos de trabajo para los despedidos/as.

En este conflicto se ha demostrado que la unión y la lucha de los trabajadores/as es el único camino para derrotar a la burguesía, que día a día nos azota más con sus reformas. La clase obrera ha vencido, pero la lucha no cesa aquí y es por ello que estos/as trabajadores/as deben seguir este camino, uniéndose a otros conflictos para poder alcanzar la unión que tanto ansiamos y es la única fuerza que poseemos.

¡Qué viva la lucha de la clase obrera!

La aceituna en Jaén

Este año, en el campo de la provincia de Jaén, nos encontramos con la desesperación de miles de jornaleros y jornaleras por encontrar algo de trabajo que suavice un poco la precariedad y miserias que dominan sus vidas.

Este año ha sido de malas cosechas, también en los campos a los que miles de andaluces jienenses emigran cada año (Navarra el esparrago, La Mancha la vendimia, etc.) Y después de esperar todo un año para poder coger la aceituna nos vemos con una escasa producción que solo dará trabajo a un 40% de los jornaleros en paro. Un trabajo donde se solía trabajar unos 60-70 días se verá reducido a 20 o 30 días, con suerte.

Es normal que el capitalismo destruya puestos de trabajo enviando a la miseria a la masa obrera jornalera. Desde Andalucía vemos como el sistema aprovecha nuestros recursos naturales para enriquecer a los terratenientes y latifundistas y aprovecha la mala situación económica para poder estrujar toda la sangre obrera, poniendo los precios tan bajos que hoy en día nos encontramos con cuadrillas de jornaleros trabajando diez horas con solo un descanso de 20 min para comer con tal de alcanzar un jornal digno. Esto sucede porque los grandes caciques juegan con los precios de los destajos y amenazan en traer inmigrantes si no se acepta sus condiciones. Llegando el punto de enfrentamientos entre familias jornaleras por quedarse algún destajo, disminuyéndose ellos mismas el precio y aumentando ellas mismas la explotación. Condiciones que nunca se ven reflejados en papeles o contratos, para poder mantener a los jornaleros sumisos bajo su mando.

Otra de las carencias en la vida de los jornaleros es la contratación de empresas de recolección, instrumento del capitalismo para hundir más nuestros recursos agrícolas y los pueblos que viven de ellas.

Estas empresas recogen grandes fincas en cuestión de pocos días gracias a la maquinaria y explotación de sus trabajadores, aparte de que esas empresas no recogen toda la aceituna, sino lo que mejor se recoge, dejando después miles y miles de kilos en el árbol o en el suelo, aceituna que después se pudre en nuestra tierra. También estas empresas juegan con el sueldo de sus trabajadores y estos a su vez agachan la cabeza y asumen la su explotación.

En los pueblos jornaleros de Andalucía nos encontramos, como en la localidad de Jódar (Jaén), un 70% de sus gentes que se ha gana la vida en el campo y que siempre ha visto cómo el sistema capitalista los despojaba de sus campos, de sus trabajos y de su vida. Hoy en día en Jódar cuenta con 80-85% de paro y más de un 90% de paro juvenil; la mujer vuelve a ser la más explotada y marginada, no se le contrata en el campo con la excusa de que no hace lo mismo que el hombre. Familias enteras sin agua ni luz, comiendo de los bancos de alimentos.

La clase obrera jornalera de Andalucía se muere cada día bajo la desesperación y la miseria.

¡¡ POR ESO EN EL CAMPO ANDALUZ TODO PARA LA CLASE OBRERA!!

¡¡LA TIERRA PARA EL QUE LA TRABAJA!!

Chechu

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