En abril de 2013 el Banco de Japón decidió ampliar su base monetaria en dos mil setecientos sesenta y siete millones de dólares, y duplicar las compras tanto de deuda pública como de los activos financieros de mayor riesgo.

En este agosto de 2014 las noticias que nos llegan desde la prensa capitalista es que la economía japonesa ha caído un -1,7% en tasa trimestral y -6,8% en tasa interanual. Tan masiva emisión de moneda para nada.

La medida aplicada en 2013 tenía como objetivo el enésimo intento de sacar a la economía japonesa de más de una década de deflación. Como objetivo indirecto, nada disimulado, se pretendía forzar una sobrevaloración del yuan chino, en una nueva guerra de divisas que acentuaba la confrontación entre ambos países.

Otros datos recientes de la economía mundial se orientan igualmente en el sentido de una persistencia de la crisis capitalista, y de la incapacidad del imperialismo para remontar la profunda crisis sistémica en que se haya sumergido. Italia tiene datos muy negativos, Francia está en encefalograma plano, y el motor de la economía europea, Alemania, también aporta nuevas sombras al panorama económico.

Pero Rajoy está tan contento porque dice que todo va mejor y que el capitalismo español crea empleo, eso sí, sin aumentar la masa salarial. Se pagan salarios más bajos y se contrata a una mayor cantidad de fuerza de trabajo por el mismo dinero. Trileros tramposos, que hacen parecer más lo que sencillamente es lo mismo.

El factor principal de la caída de la economía japonesa es un nuevo hundimiento de la demanda interna -que supone el 60% del PIB del país- como consecuencia del último aumento del IVA. Esta situación pone en riesgo la política económica del gobierno japonés, que tiene prevista una nueva subida de la imposición indirecta en los próximos meses.

Si hacemos un paralelismo con las medidas del gobierno Rajoy estamos ante el mismo escenario: aumento de la imposición indirecta como principal línea de la política tributaria, asunción de los riesgos de las entidades bancarias por parte de las finanzas públicas y caída de la demanda interna como consecuencia de la persistencia del paro y de la reducción del precio de la fuerza de trabajo.

Los distintos escenarios de la guerra imperialista hacen también su aportación al sombrío panorama económico de las élites del capitalismo mundial. Israel, Irak, Ucrania, Siria, Mali, Libia, Afganistán, etc., arden bajo la acción del letal y moderno armamento fabricado por las multinacionales del crimen del imperialismo central.

La orquesta del Titanic sigue tocando sobre cubierta mientras la aparentemente sólida embarcación se hunde inexorablemente, y en sus bodegas se ahogan ya los pasajeros de tercera categoría, encerrados bajo candado en sus miserables camarotes por los serviles capataces.

Pero el capitalismo engendró, con su mismo nacimiento, a sus propios sepultureros, que en estos momentos aprestan sus fuerzas para lanzar la contraofensiva que lleve a este brutal sistema socio-histórico al cajón de la historia. No hay otro camino. Que no vengan los partidos engañaobreros a distraernos de la tarea. Son tiempos de revolución.

Carmelo Suárez

uyl_logo40a.png