El capitalismo en crisis estructural da una nueva vuelta de tuerca con la crisis cíclica en la que nos encontramos inmersos desde verano de 2007, que se traduce en las búsquedas de nuevas fórmulas para continuar su proceso de acumulación, sin importarle las consecuencias que puedan tener para la humanidad y el planeta.

Esta crisis ha destapado la verdadera cara del sistema, mostrándose tal y como es, depredador y destructor.

 

Una de esas fórmulas fue la pretensión de la burguesía y el caciquismo, con ministro Soria a la cabeza, de ir al saqueo del petróleo en el mar canario en una auténtica huida hacia adelante. Esta decisión desesperada de unas clases dominantes que, ante su agotamiento, han perdido toda posibilidad de evaluar los riesgos de sus decisiones con un mínimo de objetividad, y que atenta gravemente contra nuestras condiciones de vida futuras.

El proyecto presentado por Repsol era altamente peligroso en sus dos fases. En la primera fase, Repsol realizaría estudios sísmicos para determinar si existen depósitos de combustibles fósiles en la zona. Los métodos de prospección consisten, en general, en la emisión de ondas acústicas, desde un buque en movimiento, que viajan a través del agua y alcanzan la superficie del fondo marino. Pero estas ondas acústicas tienen una potente intensidad y causarían fuertes daños a cetáceos y otras especies marinas (daños físicos, cambios en su comportamiento o alteración de sus rutas migratorias), poniendo en grave peligro la conservación y permanencia de las mismas (un ejemplo reciente es la muerte de zifios por el uso de los sonares en unas maniobras de la OTAN en Fuerteventura).

En una segunda fase se realizarían las perforaciones de los pozos. Estas perforaciones generan residuos que, al mezclarse con las arcillas del fondo, forman un barro oleoso que resulta mortífero para la fauna abisal y que sepultaría hábitats sumergidos de alto valor ecológico. En esta fase, los principales causantes de la contaminación son algunos metales pesados, como el mercurio o el cadmio, y algunos hidrocarburos aromáticos, como el benceno, altamente tóxicos e, incluso, cancerígenos.

Una vez que se publica la autorización por parte del Gobierno Rajoy para dichas prospecciones, el gobierno de Canarias, en voz de su presidente Paulino Rivero, abandera la lucha contra las prospecciones, apoya manifestaciones y anuncia la convocatoria de una consulta popular, para el día 23 de noviembre de 2014 y dio a conocer la pregunta de dicha consulta: "¿Cree usted que Canarias debe cambiar su modelo medioambiental y turístico por las prospecciones de gas o petróleo?".

Desde el PCPC-PCPE denunciamos el intento de capitalizar el movimiento de protesta contra las prospecciones de REPSOL a través del mecanismo introducir la figura de la consulta como instrumento político de confusión y engaño. La consulta era una pretensión de CC de recuperar espacio popular y electoral, además de una apuesta personal de Paulino Rivero, en su lucha interna por la candidatura de CC.

Denunciamos que la consulta popular para decidir soberanamente sobre un tema de trascendencia estratégica para nuestro pueblo, no podía ser resuelto por un llamado a las urnas bajo la tutela de la burguesía caciquil insularista, bajo sus claves ideológicas. Apostamos porque la lucha contra las prospecciones debía ser una lucha situada en un proceso de acumulación desde la base, que articulara al pueblo canario y cambie la correlación de fuerzas sociales y lo sitúe en el camino estratégico hacia un cambio revolucionario. La consulta, sin estas condiciones, pese a lo que pueda parecer en primera instancia, es un paso atrás en la articulación e independencia del movimiento popular y desde el principio supeditar el movimiento popular a la táctica de CC-PSOE y de los partidos burgueses.

La apuesta del Gobierno CC, PP o PSOE al frente, ha sido siempre, un modelo de desarrollo basado en la utilización prioritaria de todos los recursos al servicio de las grandes empresas y las euro corporaciones, y un uso prioritario de combustibles fósiles y con apuesta decidida por la construcción de grandes infraestructuras innecesarias, como Anillo insular, Puerto de Granadilla y de Arinaga (188 millones) con la implantación del gas en el plan energético.

Así la táctica de CC y el PSOE, dirigía la protesta y lucha popular contra el intento de Repsol de subordinar los intereses generales a sus beneficios privados de gran monopolio, con una consulta que no fue admitida, que se celebró de forma oficiosa y que conllevó a que el movimiento popular se empantanara en los estrechos límites legales del sistema y abandonara la lucha popular contra las prospecciones.

Ante la inminencia del inicio de los sondeos y después de pérdidas varias batallas legales, se dan movilizaciones importantes en todas las islas, pero dado que las organizaciones reformistas y algunas medioambientalistas se plegaron al plan de la burguesía y actuaron con complicidad y vasallaje de las estrategias de las clases dominantes, la movilización popular aunque masiva no sirvió para cambiar en nada lo decidido por Soria-Repsol.

En ese panorama, se inician las prospecciones, una vez realizada la primera fase, se paraliza el proyecto alegando que no hay petróleo, resultando incomprensible que una multinacional como Repsol haya realizado esa fuerte inversión en los sondeos, sin asegurarse unos beneficios, beneficios que de alguna manera obtendrá, si no es en Canarias, será en otro sitio, siempre con la connivencia del gobierno de turno.

El hundimiento del buque pesquero Oleg Naydenov en aguas canarias recientemente puso de manifiesto la total incapacidad e incompetencia de los responsables del Ministerio, así como, la actitud timorata y entreguista del Gobierno de Canarias, ese mismo gobierno que se decía ecologista y estaba en contra de las prospecciones hace solo unos meses.

¿Que hizo el movimiento popular y las diversas plataformas contra el petróleo? pues bien poco, dada su división y el error estratégico que cometieron subordinándose a la táctica tramposa de Coalición Canaria, están incapacitados para levantar una amplia reacción popular de denuncia contra el derrame de fuel y más allá de cadenas humanas y comunicados de prensa, solo planteó acciones voluntaristas y personales de limpieza de las costas.

El PCPE lucha por el socialismo y el comunismo como alternativa al orden vigente y al dominio de las clases parasitarias en la sociedad. La organización de un Frente Obrero y Popular, incorporando a la clase obrera más consciente, a otros sectores populares, autónomos y pequeños productores, será el camino para que las hoy clases subalternas se constituyan mañana en clase dominante, libre de clases parasitarias, con justicia social y en equilibrio con la naturaleza, con un modelo energético que aproveche los singulares recursos de nuestros territorios.